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Hace unos 2.010 años, aproximadamente, nació en lo que sería la actual Cisjordania un judío del que todo parece indicar que en su edad adulta se dedicó a predicar el odio contra la potencia ocupante de la época, el Imperio Romano, encuadrado en alguna de las sectas rigoristas y "nacionalistas" (dicho con todo los reparos del mundo) que pululaban por allí en la época. Fue condenado a muerte por el gobernador romano de turno. Años después de su muerte algunos de sus seguidores aseguraron que su mensaje era de paz y concordia, y que no iba sólo dirigido a los judíos, sino al resto de habitantes del Imperio.
Hoy mismo, conozco poca gente que se tome en serio que el judío del que hablamos fuera hijo de Dios, y que después de muerto resucitara. Pero sorprendentemente muchos conocidos que no son en absoluto seguidores de su secta andan frenéticos celebrando su nacimiento. Pero ya el colmo es recibir un SMS de eesos amigos, que cuando te llaman por teléfono te saludan con alguna frase del tipo "¿¡Qué pasa maricón!?" o "¿Qué te cuentas cabronazo?", y que empieza con algo del tipo "en estas fiestas tan especiales..." o "te mando mis mejores deseos cargados de amor y afecto"... ¿¡¡¡Qué les pasa!!!?
Cual es el problema de que un amigo que un día te llama diciendote "Que te pasa maricon?" al otro dia te mande un msj deseandote felices fiestas? En que punto estas dos forma de dirigirse a alguien son opuestas?
Para mí que te están tirando los trastos...
¿Qué pasa maricón?... Estooo, felices fiestas y esas cosas... ¿Dónde estará mi espíritu navideño?