i
El otro día enlazaba a un artículo de Newsweek que hablaba de los puestos de control en Iraq. También enlazaba a una secuencia de fotos de un coche que había sido tiroteado una noche al no atender a las señales desde uno de ellos. En el interior viajaba un matrimonio, que resultó muerto, y sus seis hijos.
Los ataque suicidas a los puestos de control empezaron ya durante la invasión de Iraq. Lo que llevó a unas Rules Of Engagement libérrimas a la hora de disparar. La carretera que une Bagdad y su aeropuerto es uno de esos territorios comanches, donde se concentran las emboscadas y los tiroteos por el impacto mediático de cortar la comunicación de Bagdad con su principal puerta de entrada desde el extranjero y dar una imagen de país fuera de control. La embajada de EE.UU. ha prohibido a sus empleados que circulen por ella.
El tiroteo del coche de la periodista italiana precisamente en esa carretera no es casual. El problema es que con tal de criticar a la intervención estadounidense en Iraq inventarse historias de conspiraciones, en la que los secuestradores estaban preocupados por la integridad física de la periodista y en cambio los estadounidenses no querían que regresara viva a casa. Al final, Y todo se saldará como un triste accidente, y las 300 ó 400 balas que dijo Giuliana Sgrena que habían disparado al coche, resultaron ser una docena.
Ya dije una vez que abordar la realidad con una perspectiva crítica requiere hacerlo con el máximo rigor, porque hay maquinarias demasiado poderosas para machacar a quien meta la pata. No necesitamos verdades particulares, sino verdades a secas.